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Rita: de esposa a religiosa

Patrona de los Imposibles 

Publicado: 2014-09-24


Margarita, dulce, obediente y atenta, fue obligada a casarse a los 14 años con un hombre iracundo, violento y caprichoso. Durante 18 años aceptó un difícil papel: callar, sufrir y rezar. ¿Habrá valido la pena tanto sacrificio? Conozcamos la historia de la hoy llamada “Santa de los Imposibles”, de quien el Papa (hoy santo) Juan Pablo II decía: es al mismo tiempo la "mujer fuerte" y la "virgen sabia".

Ocurrió en Casia (Italia). Antonio Lotti y Amata Ferri, personas mayores dedicadas al campo, habían perdido las esperanzas de tener hijos cuando Dios les otorgó la gracia de traer al mundo a Margarita, cuyo nombre posteriormente se recortó a Rita. La única heredera fue una niña precoz, inclinada a las cosas de Dios, que sabía leer en las criaturas los mensajes del Creador.

De acuerdo a lo que figura en la Documentazione Ritiana Antica (Documentación antigua sobre Santa Rita) -- bajo la dirección de Dámaso Trapp-- sus ancianos padres la educaron en el temor de Dios, y ella respetó a tal punto la autoridad paterna que abandonó el propósito de entrar al convento y aceptó unirse en matrimonio con Pablo de Ferdinando Mancini, un joven violento y revoltoso.

una espina se clavó en su frente

Rita se preparó con ilusión para el matrimonio con el joven pretendiente. Según muchos autores tendría unos 14 años. Sería el año 1395 y se casó en la iglesia de San Montano de Roccaporena. La ceremonia fue sencilla, de acuerdo a las costumbres de entonces, pues estaban prohibidas las celebraciones lujosas.

El P. Nicola Simonetti, es su manuscrito “Vita della beata Rita da Cascia” (1967), detalla que Pablo era muy áspero, rígido, resentido, dado a las armas, a la sensualidad y, para decirlo en una sola palabra, era poco buen cristiano.

Los esposos se fueron a vivir solos a una pequeña casa que se encontraba en la entrada de Roccaporena. La nueva esposa se dedicó con toda su alma a servir y hacer feliz a su esposo y, a la vez, se preocupó de sus padres, trabajando en las tareas domésticas y en las labores del campo. Pero su vida no fue fácil. Su esposo era un hombre de carácter difícil. Las biografías de la santa nos pintan un cuadro familiar muy común: una mujer dulce, obediente, atenta a no chocar con la susceptibilidad del marido, cuyas maldades ella conoce, y sufre y reza en silencio.

De acuerdo a la información recogida en el libro “Santa Rita, obra y milagros” (2010) del P. Angel Peña, el matrimonio de Rita y Pablo tuvo dos hijos varones, que parece fueron gemelos, y que la tradición ha llamado Juan Santiago y Pablo María. Ambos fueron bautizados en la iglesia de Santa María della Pieve de Casia. Rita fue para ellos una madre ejemplar, atendiendo en todo a sus necesidades. Igualmente, para su esposo fue un modelo de paciencia y tolerancia. Así transcurrieron 18 años de matrimonio.
Rita amó a su esposo y le cambió --con el tiempo-- sus sentimientos de violencia, siendo más afable y tolerante. Incluso, habiendo pertenecido al partido de los gibelinos --contrarios al Papa-- se apartó de ellos. El historiador Marco Franceschini en sus “Memorie storiche di Cascia”, señala que Pablo había depuesto su bravura y era más pacífico y dedicado a la familia y no a pendenciar como anteriormente. En aquella época se llamaba güelfos a los partidarios del Papa.

Sin embargo, Rita tuvo que soportar un gran dolor cuando su esposo fue asesinado. Pablo fue asaltado por sorpresa por sus enemigos, que hacía tiempo pensaban quitarle la vida para vengarse de los agravios recibidos en otro tiempo. El hecho ocurrió probablemente en 1413, cuando Rita tenía unos 32 años. Desde el primer momento, supo perdonar a los asesinos. Y --para evitar la venganza de sus hijos-- se dice que escondió la camisa ensangrentada del esposo. Rita descubrió después que sus dos hijos (que ya tenían 15 años) estaban pensando en vengar el asesinato del padre. La tradición, recogida por todos los biógrafos, concuerda en decir que Rita se dedicó con intensidad a orar para evitar las venganzas en las que pudieran estar involucrados sus hijos. Con un amor heroico por sus almas, ella le suplicó a Dios que se los llevara de esta vida antes de permitirlos cometer este gran pecado. Poco después ambos murieron tras prepararse para encontrarse con Dios.

Cuando se conmemoró el sexto centenario del nacimiento de Santa Rita de Casia, Su Santidad Juan Pablo II, le dedicó las siguientes palabras: “Vida tranquila era la suya, sin el relieve de acontecimientos exteriores cuando, contra su propias preferencias, abrazó el estado matrimonial. Así se hizo esposa, revelándose inmediatamente como verdadero ángel del hogar y desarrollando una acción decisiva al transformar las costumbres de su consorte. Fue también madre, alegrándose del nacimiento de dos hijos, por los cuales, después del asesinato de su marido, tanto tembló y sufrió, en el temor de que en sus almas surgiera la sombra de un deseo de venganza contra los asesinos de su padre. Por su parte, habían sido generosamente perdonados, determinando también la pacificación de las familias. Ya viuda, poco después se vio privada de sus hijos, de modo que, siendo libre de todo vínculo terreno, decidió darse enteramente a Dios”.

basílica de santa rita de casia

matrimonio con dios

Sin su esposo e hijos, Santa Rita se entregó a la oración, penitencia y obras de caridad. El P. Agostino Cavallucci, escribió en “Vita della B. Rita da Cascia dell’Ordine” que Rita ayunaba todas las vigilias de Nuestra Señora a pan y agua, daba limosna a los pobres, visitaba enfermos y ayudaba a todos. Rita tocó las puertas del convento de Santa María Magdalena, pero fue rechazada --según algunos autores como Cavallucci-- hasta tres veces. La causa no era por ser viuda, ya que en otros conventos también había viudas, sino probablemente, porque todavía podían existir serias dificultades con los asesinos, que podían llevar los problemas hasta el convento, quebrantando así la paz conventual. 

Después de un tiempo ella aplicó para ser admitida al Convento Agustiniano en Casia pero no fue aceptada. Sin embargo, después de orarle a sus tres especiales santos patronos --San Juan Bautista, San Agustín y San Nicolas de Tolentino-- milagrosamente entró al convento y fue permitida a quedarse. Esto sucedió alrededor del año 1411.

Allí vivió sus últimos 40 años de vida en asidua contemplación, penitencia y oración, completamente entregada al Señor. En el convento, la vida de Santa Rita fue marcada por su gran caridad y severas penitencias. Sus oraciones obtuvieron para otros, curas notables, liberación del demonio y otros favores especiales de Dios.

Rita amaba a Cristo y sintió un vehemente deseo de participar de algún modo de los tormentos de su Señor. Retirada a su celda y echada a los pies de un crucifijo comenzó a suplicarle con amargas lágrimas que le comunicase, al menos, una partecita de sus penas. Al momento, por milagro singular, una espina de la corona de Cristo le hirió la frente de tal manera que la llaga le permaneció impresa e incurable hasta su muerte.
Santa Rita falleció un 22 de mayo de 1457 a la edad de 76 años. La gente se agolpó al convento a presentar sus últimos respetos. Ya muerta, la llaga de su frente resplandecía en su rostro como una estrella en un rosal. Así premiaba Jesús con dulces consuelos el calvario de su apasionada amante. Leon XIII la canonizó el 1900.

El P. Cavallucci relata: “Cerca del sagrado cuerpo de Rita, se ven inumerables enfermos y heridos curados de graves enfermedades: ciegos que fueron iluminados, mudos que recobraron el habla, y cojos que fueron curados"; muchos endemoniados se veían liberados y no falta quien afirma haber sido salvado de la muerte gracias a la intercesión de sor Rita.

milagros de amor


En la biografía de Santa Rita, escrita por el P. Cavallucci (1610) se citan cuarenta y seis milagros, de los cuales, los primeros once se remontan al año 1457, reportados por el notario Domenico Angeli. Entre ellos figuran los siguientes:

- El 25 de mayo Battista D’Angelo del Colgiacone, afectado de ceguera, mandó devotos a rogar al Señor delante del cuerpo de la Beata Rita y, por misericordia infinita sus plegarias fueron atendidas: recobró la vista.

- El 29 del mismo mes, Salimene de Antonio del Poggio, que tenía un dedo de la mano privado de sensibilidad por largo tiempo, lo acercó al cuerpo de la Beata con reverencia y humildad, devoción y fe, y fue sanado en presencia de mucha gente derramando muchas lágrimas de agradecimiento al Señor y a la Beata Rita.

- El último día de mayo de 1457, Giacomuccia de Leonardo de Ocone, atormentada muchos años de grandes dolores a las piernas, y que por este grande e intenso dolor comía poquísimo desde hacía dos años, fue llevada en brazos ante el cuerpo de la Beata, donde se encomendó al Señor y a ella, se detuvo ocho días en la iglesia, después de lo cual fue curada y, con mucho gozo, dio gracias a Dios y la Beata Rita.

- El 2 de junio, Matteo del Rey de Ocone tenía a Bernardo, su hijo, afectado por una piedra dentro a la vejiga que le producía un intenso dolor. Rogó a la Beata Rita por cuyos méritos fue liberado de la enfermedad.

- El 8 de junio, Lucia de Santi, del Castel de Santa Maria de Norcia, ciega de un ojo y con escasa visión en el otro, fue llevada ante el cuerpo de la Beata Rita. Después de quince días de intensas oraciones se le abrieron los dos ojos y vio. Con infinitas lágrimas, dio gracias a Dios.

Los milagros que sucedieron entre 1447 y 1603 tratan de curaciones de enfermedades de diverso género: parálisis total, piedra en la "vejiga", dificultad de palabra, heridas incurables y en putrefacción, abscesos en garganta, locura, huesos rotos, llagas, hemorragias, posesiones de "espíritus inmundos", peste, cáncer de garganta y más.

El día de la fiesta de Santa Rita, 22 de mayo, en muchas iglesias agustinianas se bendicen las rosas para repartirlas a los devotos. Hay quienes preparan un té con los pétalos de estas rosas benditas, rezando un padrenuestro, avemaría y gloria durante nueve días seguidos.

la película se puede ver en http://youtu.be/xgaf3ecCLeI

Los milagros de Santa Rita de Casia van en aumento y en el 2004 Giorgio Capitani tuvo a su cargo la dirección de la película sobre la vida de dicha santa con las actuaciones de Vittoria Belvedere, Martin Crewes, Simone Ascani, Enzo Marino Bellanich y Massimiliano Benvenuto. Dicha película se puede ver en su totalidad en: http://youtu.be/xgaf3ecCLeI


En la actualidad muchas instituciones educativas, academias, cunas jardín llevan el nombre de la santa que se ha ganado un lugar en el corazón de muchos niños, jóvenes y adultos.

Escrito por

Jesús León Ángeles

Periodista. Docente de la Universidad Particular de Chiclayo (UDCH). @JesusLeonA


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