Hace 50 años llegó a Chiclayo la Orden de los Agustinos Recoletos (OAR) y luego de tres años de intensa labor pastoral, el fruto fue la creación de la parroquia Nuestra Señora de la Consolación, cuyo quehacer también alcanza a las capillas Nuestra Señora de Fátima y Nuestra Señora de la Natividad.  


En una de sus tantas homilías, el P. Gregorio Calapuja, vicario de la parroquia Nuestra Señora de la Consolación, comentaba que muchas veces decimos que “no tenemos tiempo” para Dios pero si tenemos tiempo para dormir, comer, bailar, jugar, etc. Esta semana, decidí darme un tiempo para visitar y leer todo lo que fuera necesario para escribir sobre este recinto parroquial que, si bien ya tiene 47 años de creado en Chiclayo, desde 1993 cobró mayor popularidad con la famosa procesión “Mil hombres y una mujer” que se despliega en el mes de mayo y que en la actualidad es imitada en muchas parroquias de la región Lambayeque.

Actual comunidad agustina recoleta de la parroquia Nuestra Señora de la Consolación: P. Angel Jesús Herrán, P. Juan Ángel Nieto, P. José Estebas, P. Gregorio CalApuja.

El P. José Estebas Martínez es el actual párroco y con el respaldo y apoyo del prior P. Ángel Herrán Palacios y el vicario P. Gregorio Calapuja, han logrado consolidar una comunidad cristiana que se traduce en movimientos, comunidades, hermandades y áreas pastorales como la hermandad del apostolado del Sagrado Corazón de Jesús, movimiento Cursillos de Cristiandad, Camino Neocatecumenal, fraternidad seglar Agustino Recoleta, renovación carismática católica “Ven Espíritu Santo”, comunidad “Bodas de Caná” así como las comunidades juveniles “Cristianos sin límites”, “San Agustín”, “Virgen de la Consolación”, “Mártires de Motril”, “Santo Tomás de Villanueva”, “Tagaste” “JAR Corazones inquietos” y “JAR Inquietud”.

En el área de evangelización, a la reconocida procesión “Mil hombres y una mujer”, se suman las actividades “Mi Cristo me visita”, que consiste en llevar al Santísimo, una vez al año a cada una de las seis zonas; la escenificación del Vía Crucis en Semana Santa y el Rosario Misionero que se hace en el mes de octubre. La finalidad es rezar por cada uno de los cinco continentes, identificados con un color. Se desarrolla en los parques y tiene mucho colorido. Los participantes van con su pañuelo y chalina según el color que corresponda. Se acompaña con la biblia, el cirio, la cruz.

AGUSTINOS RECOLETOS 

El origen de la devoción de la OAR a Nuestra Señora de la Consolación, está íntimamente ligada a la vida de San Agustín.  

Los Agustinos Recoletos en Chiclayo desarrollan importante labor pastoral. Un ejemplo digno de seguir.

San Agustín nació en África del Norte. Dejó la escuela cuando tenía 16 años y se sumergió en ideas paganas, en el teatro, en su propio orgullo y en varios pecados de impureza. Desde los 19 hasta los 28 años, para el profundo pesar de su madre Mónica, San Agustín perteneció a la secta herética de los Maniqueos. Entre otras cosas, ellos creían en un Dios del bien y en un Dios del mal, y que solo el espíritu del hombre era bueno, no el cuerpo, ni nada proveniente del mundo material. Santa Mónica se encontraba grandemente afligida -tanto por la muerte de su esposo, Patricio, cuanto por los extravíos de su hijo, Agustín- y encontró alivio y consuelo en la Madre de Dios.

Mientras Santa Mónica rogaba a María que la asistiera en sus tribulaciones y angustias y le mostrase en qué forma debía vestirse durante su viudez, la virgen se le habría aparecido vestida de color negro y ciñendo su cintura con una correa de cuero del mismo color.

Durante esa aparición la Virgen le habría dicho a la afligida madre: “Hija, que ésta sea la forma de tu vestimenta” y quitándose la correa se la habría entregado a la santa diciéndole: “Toma, éste es un agradable signo de mi amor; que este ceñidor, consagrado por este seno, que ha contenido a Dios, desde ahora en adelante rodee tu cintura, sin que lo abandones jamás”.

El relato se completa diciendo que, una vez convertido y bautizado por San Ambrosio, San Agustín imitó a su madre, vistiendo una cogulla negra y se ciñó con una correa de cuero.

La consagración de la Orden a Nuestra Señora de la Consolación fue dada -en su carácter de prior general- por el beato Vicente Soler el 8 de diciembre de 1926. Actualmente las comunidades expresan la devoción todos los sábados del año cantando la “Salve”, y todos los cuartos domingo de cada mes se tiene un Acto Mariano dedicado a ella.

LLEGADA A CHICLAYO 

De acuerdo a información proporcionada por el prior de la casa parroquial, P. Ángel Jesús Herrán Palacios, en 1963 los agustinos recoletos dieron sus primeros pasos para establecerse en Chiclayo. El 15 de setiembre de 1964 se produjo la llegada del P. Francisco Abaigar, vicario provincial, y del P. José María Alesanco, que venían para quedarse y hacer los trámites para la fundación de una parroquia que les ofrecía el obispo en Santa Victoria. 

Inicios de la edificación del nuevo templo parroquial. La comunidad apoyó en pleno.

En 1965, el Ministro de Hacienda asignó a la Orden un terreno de 3,429 m2 donde con el tiempo se levantó el templo y los salones del complejo Santa Mónica.

En 1966 se construyó la casa y capilla de Chiclayo y el 24 de diciembre de 1966 se celebró la primera misa en un ambiente de tranquilidad y sosiego. “La nueva capilla tenía sus paredes desnudas, vacías las ventanas y el piso sin pavimentar; era un ambiente que encuadraba perfectamente con la festividad de Navidad que se estaba celebrando, ya que nos traía el recuerdo de aquel establo donde hace veinte siglos vino al mundo el Salvador de los hombres. La concurrencia pasó de lo normal y el acto fue realzado con la presencia de las reverendas Madres Ursulinas que tomaron parte muy activa en los cantos”, cuenta el P. Ángel Jesús.

Desde el 22 de enero de 1967 se establecieron tres misas: dos en la mañana y una en la tarde. El 8 de junio de 1967 se efectuó la bendición de la capilla y de la residencia. El P. Secretario provincial explicó a los presentes la finalidad de las obras realizadas y los proyectos futuros: la iglesia parroquial definitiva, obras sociales y el colegio parroquial. La bendición fue impartida por el Obispo Dr. Luis Sánchez Moreno Lira, administrador apostólico de la diócesis. A la bendición siguió una misa concelebrada por los hermanos obispos Mons. Florentino Armas, Mons. Francisco Legarra y Mons. Abel Salazar.

Fue el 10 de octubre de 1967 cuando el administrador apostólico de Chiclayo, Monseñor Sánchez Moreno Lira y el canciller, Reverendo Ramiro Fernández Fernández, firmaron el decreto del levantamiento de la parroquia Nuestra Señora de la Consolación. En dicho documento se establecía lo siguiente: “En conformidad con el párrafo 3 del número 21 de la Carta Apostólica Ecclesiae Sanctae, con los siguientes límites: por el norte: Av. Francisco Bolognesi; por el este: Av. Sáenz Peña –Av. Roosevelt (Panamericana Sur); por el sur: acequia Yortuque; por el oeste: término de la Urbanización Santa Victoria- acequia Chiclayo-prolongación Av. Luis González”. Asimismo, se nombró como responsable de esta nueva parroquia al R. P. José María Alesanco, quien asumió el cargo el 31 de octubre de 1967.

Los jóvenes participan activamente en las actividades pastorales y su entrega permite seguir creciendo espiritualmente y consolar a los más necesitados.

Entre noviembre y diciembre de 1967, un total de 487 niños y niñas hicieron la primera comunión. Ayudaban en la preparación las Madres Ursulinas, las de San José de Tarbes y las Canonesas de la Cruz.

LABOR ACTUAL
El trabajo en la parroquia Nuestra Señora de la Consolación se extiende hasta las capillas Nuestra Señora de Fátima y Nuestra Señora de la Natividad. La primera tiene una capacidad para 200 personas, se oficia misa todos los domingos y tienen hermandades de la Virgen de Fátima y del Señor de los Milagros. Al lado está el Centro Médico y en el segundo piso los salones para la catequesis de niños. La segunda capilla se ubica en Zamora Barrio Chino y allí se tiene misa todos los sábados en la tarde. En los salones del segundo piso se da la catequesis. 

Este artículo no alcanza para detallar la labor de la OAR en sus 50 años de vida en Chiclayo, pero es loable rescatar que en cada acción, la comunidad y sus pastores ponen alma, corazón y vida para seguir el ejemplo de consolar a todos los cristianos. Recientemente, en el mes de agosto organizaron la Semana de Liturgia, que congregó a un promedio de 60 participantes. Se celebraron las fiestas agustinianas de San Ezequiel Moreno, de Santa Mónica con la comunidad de Madres Mónicas y de San Agustín. En sus actividades contaron con la grata compañía del Obispo de la Diócesis de Chiclayo, Monseñor Jesús Moliné Labarta. Desde el 4 de setiembre, hasta hoy 14, se cumplen diferentes actividades en honor a la patrona Nuestra Señora de la Consolación.

Diversos grupos parroquiales se unen constantemente para trabajar en equipo y seguir honrando a Nuestra Señora de la Consolación.

“Nuestra parroquia es una comunidad viva de fe y de culto, de caridad y de promoción social, de evangelización y de práctica cristiana que se manifiesta viva y eficaz a través de sus celebraciones y comunidades cristianas que la conforman”, enfatiza el P Ángel Jesús.

Esta comunidad expresa la devoción a la bienaventurada Virgen María, madre de la Orden, con el título especial de la Consolación y la propone a los fieles “como signo de esperanza cierta y de consuelo para el peregrino pueblo de Dios”. Felices fiestas patronales.