Adobe, quincha y algarrobo constituyen la base de un relajante lugar ubicado cerca a un pequeño bosque con aves como el huerequeque, la lechuza, el búho, el chilalo y otros. Este hermoso contacto con la naturaleza es lo único que separa y a la vez complementa a “Los Horcones” con las famosas “Pirámides de Túcume”, la más importante concentración de pirámides en la costa norte del Perú, situada a 30 kilómetros al norte de Chiclayo.


Hace 20 años, los arquitectos Rossana Correa Álamo y Jorge Burga llegaron a Túcume. Lo hacían esporádicamente, desde que se enamoraron de las pirámides del lugar, un sitio arqueológico a 33 kilómetros de Chiclayo. Allí conocieron a los esposos Elena e Inocencio Montalván, naturales de Túcume. Estos enseñaron a Rossana y a Jorge, a cultivar y criar animales en una chacra familiar. En 1992 todos empezaron a vivir como una sola familia.

“Trabajábamos eventualmente con el Museo de Sitio de Túcume y observamos los valores que tenía este destino en historia, naturaleza y sobre todo la frescura y autenticidad de su gente; componente muy importante para iniciar cualquier emprendimiento de tu vida. Sentíamos la solidaridad e incondicionalidad de nuestros vecinos de los caseríos San Antonio y La Raya. Todo se consolidaba en una imagen territorial como destino turístico integrado con el Santuario Histórico Bosque de Pomac como eje histórico y de cultura presente. Había una gestión cultural garantizada por parte de sus líderes en los sitios arqueológicos y entorno”, recuerda Rossana Correa.

Elena e Inocencio sentían que sus nuevos amigos podían hacer mucho por su querido Túcume y terminaron por convencerlos de formar la empresa “Los Horcones”. Hace ocho años Rossana y Jorge decidieron hacer realidad su sueño de diseñar y construir con sus propias manos, en base a tierra, un espacio rural que combinara historia, sencillez y sabiduría.

“Los hijos y nietos de Elena e Inocencio han crecido en Los Horcones. Varios de ellos, ya profesionales, tienen allí su casa y también la libertad de volar con sus propios sueños, que muchas veces tienen que ver con la actividad turística”, precisa Rossana Correa.

EXPERIENCIA SALUDABLE 

Hablar del hospedaje rural “Los Horcones” no sólo es pensar en el contacto directo con la naturaleza o tranquilidad para disfrutar hermosos paisajes. Llegar a este lugar es también acceder a una inolvidable experiencia de construcción con barro. Los visitantes pueden amasar el barro para convertirlo en adobe, aprender de los comuneros la técnica de construcción de un horno de barro y conocer cómo embarrar un tejido de quincha, con el que se construyen paredes y techos.  

Los turistas se sienten maravillados cuando trabajan el barro con sus propias manos y lo convierten en adobe. Aprenden además, cómo embarrar un tejido de quincha.

“Nos satisface provocar en nuestros huéspedes la práctica del espacio saludable y humano, inspirado en la sabiduría antigua de un pueblo que lleva dormido en sus genes la experiencia arquitectónica y constructiva de los antiguos. Ello lo comprobamos constantemente cuando compartimos trabajo con nuestros vecinos. Los arquitectos tenemos mucho que aprender todavía”, nos cuenta Rossana. Explica que este proyecto es un buen promotor del sistema constructivo del adobe, quincha y recientemente con tapial, cuya enseñanza la reciben de sus amigos de Kuélap, en Chachapoyas.

A la magia de construir con barro, se suma el cuidado en los platos que se ofrecen. Elena tiene como plato de bandera el arroz con pato. Cada día lo perfecciona con lo aprendido en los talleres de gastronomía, donde tuvo como profesores a los chefs Carlos Díaz y Andrés Ugaz. Después de mucha práctica, Elena también cocina un exquisito lomo saltado, un plato arraigadamente peruano que une a la costa, sierra y amazonía. El frito chiclayano es exclusivo de los desayunos. Otros platos, que complementan el exigente paladar de los visitantes, los conforman el seco de cabrito con frejol, la tortilla de raya y la causa norteña.

La magia de Los Horcones radica también en los deliciosos platos preparados en hornos de leña.

Por las noches es muy fuerte la acogida a las pizzas y lasagnas preparadas en horno de leña, acompañadas del pan de loche, camote y yuca. Los huéspedes también pueden participar en la preparación de platos típicos como el hornado o la pachamanca. Al final, siempre quedan cautivados por los aromas y sabores de las carnes horneadas acompañadas de camotes, plátanos y loches asados a la leña.

Quien llegue a Los Horcones también se lleva un recuerdo elaborado en bambú, luego de participar en los talleres que allí se ofrecen. Para lograr este objetivo se capacitó a los vecinos del área rural y urbana de Túcume, promoviendo la siembra y buen manejo de esta gramínea para fortalecer suelo y su uso en la construcción y artesanía utilitaria y artística. La tarea fue dirigida por el ingeniero forestal Luis Llerena conjuntamente con personas de La Florida (Oyotún); compartiendo su trabajo en silvicultura, construcción y difundiendo las ventajas económicas y ambientales de este cultivo.

Para hacer objetos utilitarios y artísticos en bambú, se recibió la orientación de la doctora Adriana Chang, diseñadora industrial, y cada día se busca la especialización en el tema y mejorar en la técnica para hacer objetos competitivos en el mercado artesanal.

“Queremos compartir la experiencia de haber construido en Las Salinas Sur -caserío ubicado en el eje Túcume Bosque de Pomac-, donde hicimos un baño con bambú y quincha para los niños del PRONOEI en un programa de turismo compartido con la World Challenge. Se ha logrado que un grupo de estudiantes ingleses compartan con la comunidad la experiencia de diseñar y construir”, señala Rossana.

EMPRESA Y MEDIO AMBIENTE 

Es un compromiso con la naturaleza aplicar técnicas de manejo y disposición de los residuos sólidos dentro y fuera de Los Horcones. Rossana nos explica que en el área rural han aprendido a reutilizar los residuos orgánicos para alimento de los animales y/o elaboración del compost. “Lo combinamos con la poña (restos de hojas, flores y ramas del algarrobo) para fortalecerlo; el plástico, metal y otros los depositamos en pequeñas fosas con capas de tierra con cal y las botellas de vidrio se reutilizan en algunos trabajos artesanales o bien se regalan a las vecinas que las reutilizan como envases para sus productos”. 

Para lograr este resultado, se ha recibido capacitación en el marco de un proyecto financiado por Fincyt Fidecom de Turismo Responsable que desarrolló Los Horcones en alianza con la Pontificia Universidad Católica. Allí se logró organizar a los pobladores de los caseríos San Antonio y La Raya; y la Municipalidad apoyaba con el recojo de la basura dos veces por semana. El trabajo no es fácil pero continúan experimentando soluciones viables y económicas.

Historia y naturaleza se combinan en Los Horcones, hospedaje rural ubicado a 5 minutos de la localidad de Túcume. A él se llega por un camino de trocha entre cultivos de arroz, maíz y viejos algarrobos.

Otro aporte ha sido la reforestación de tres hectáreas de algarrobos en la zona. Rossana cuenta que la experiencia fue muy enriquecedora y manejable, pues Túcume es una tierra pródiga para el algarrobo. Por lo tanto –añade- solo nos ha tocado fomentar su crecimiento y seleccionarlos para darles el espacio necesario para su crecimiento amigable. Paralelamente hacen almácigos para regalar pequeñas plantas a los huéspedes y niños que llegan. De esta forma, los visitantes no se olvidan de esta tierra norteña y tratan de sembrarlos en sus casas, con algunos consejos que se les brinda en Los Horcones.

A los trabajos con bambú con los pobladores del caserío Las Salinas Sur, se suma una alianza empresarial y de trabajo con el Eco caserío Pomac. Actualmente se profundiza en un trabajo de cooperación con el Santuario Bosque de Pomac; importante y solicitado atractivo turístico cultural y natural.

El sueño de Rossana y Jorge es consolidar el eje Túcume-Bosque de Pomac y en ello el Caballo de Paso es parte importante como integrador de historia y experiencia para los visitantes.

RESPALDO AÑORADO

Como todo proyecto que requiere impulso de parte de las autoridades, Los Horcones tuvo que vencer todo tipo de trabas burocráticas, legales y otras. Pero Rossana es muy optimista y dice: “ya no estamos en tiempos de quejas y reclamos, sino de propuestas y ejecuciones por parte del estado, gobiernos de turno a nivel central, regional y municipal”. 

En nuestro caso –agrega- nuestra empresa y nosotros sus gestores siempre nos ponemos a disposición de las instituciones; pero todavía existe el paradigma que el sector privado se enriquece con el patrimonio y eso no es verdad. La actividad turística es un excelente vínculo e instrumento para la conservación, disfrute y experiencia de todos los visitantes y en especial de los peruanos para conmoverlos en su participación directa de preservación.

¿Qué se necesita entonces? Rossana es muy enfática al señalar que lo principal es una universidad peruana, preparada para los nuevos retos de innovación e integración de su labor con la gestión pública y empresarial. Ella todavía no ve ejemplos concretos, pues estamos llenos de proyectos pilotos para demostrar teorías y nada más; pero lo más importante es el monitoreo en proyectos avanzados.

Los escolares aprovechan su estadía para recorrer las pirámides, herederas de un rico pasado que se respira en cada rincón.

“La empresa turístico productiva debe entender que no se puede rentabilizar en poco tiempo; hay mucho sacrificio porque hay que cuidar e invertir poco o mucho en la preservación del patrimonio construido, natural y cultural. Necesitamos un gobierno local que quiera a su territorio y que le dé condiciones de vida que todos merecemos; y con eso ya invirtió en el destino turístico. No es hacer obra para los visitantes; es generar un destino auténtico; luego vendrán las obras para recibir al visitante en cada uno de los territorios turísticos y ello es responsabilidad de gobierno regional y central. El área rural, tiene todo el derecho de estar abastecida. Allí están los recursos turísticos más importantes y allí estos recursos comparten territorio con la precariedad de no tener servicios de saneamiento, comunicaciones, salud, educación; etc. No entendemos por qué un alcalde no puede hacer un relleno sanitario para 10 o 20 mil habitantes. ¿No es todavía una prioridad?”, se pregunta Rossana.

Arquitecta y gestora de Los Horcones, Rossana Correa demanda que las instituciones tutelares deben ponerse de acuerdo en la conservación y uso público de nuestros recursos. “Todavía hay mucha ceguera y que me disculpen los doctores; ellos no son dueños de nuestro patrimonio; solo son los gestores de turno”.

Se necesita, además, una alianza entre el Ministerio de Ambiente y el sector Turismo para satisfacer las expectativas empresariales que generen sostenibilidad económica. Asimismo –para experiencias como Los Horcones- se requiere un workshop de exposición de alta tecnología en el uso de equipo con energía renovable para manejo de residuos sólidos, uso de energía solar, uso de energía eólica; convencer a las poblaciones qué tan ventajoso es conservar el bosque y cómo este puede ser una mejor opción, antes que talarlo para hacer una chacra con sembríos de arroz.
LABOR DE HORMIGA

¿Cómo logran mantener y sostener la afluencia de visitantes a Los Horcones?, es la inevitable pregunta, considerando que el lugar está alejado de la zona comercial de la región Lambayeque. Tenemos –responde Rossana- un público final sin operadores turísticos de aproximadamente un 60% del total y este visitante se comunica con el boca a boca, con lo cual tenemos que trabajar todo el tiempo para mantener la buena percepción. 

Los Horcones, forma parte de la Asociación de Turismo Rural del Perú y recientemente de un grupo llamado Albergues Peruanos. La meta es constituir una red sólida de pequeñas empresas con productos singulares.

“Promperú nos convoca a los eventos de promoción como workshops y ferias; pero todavía se requiere focalizar a nuestro mercado en Perú, que conozca de nuestro producto. También hemos salido fuera del país a promover y aprender de lo que se quiere de este producto. Tenemos épocas muy intensas de ocupabilidad en feriados pero también tiempos muy bajos, porque aquí se requiere del transporte incorporado. Es allí cuando hacemos paquetes promocionales atractivos para el turismo nacional y nos encanta el visitante de los colegios con estadías de 3 ó 4 días dentro de la currícula escolar”, sostiene.

A 200 metros de Los Horcones están las "Pirámides de Túcume" y fácilmente se puede visitar el museo de sitio para observar representaciones ancestrales.

Los Horcones avanza si los vecinos mejoran sus condiciones. Y a Rossana y Jorge les afecta y entristece ver que su economía no mejora y son otros los que proponen su futuro. “En el área rural necesitamos la transformación de la materia prima, con el loche, el algarrobo, los mangos; queremos agroindustria que se complemente con la conservación. Creo en los programas educativos y de sensibilización siempre y cuando seamos agresivos y coherentes en ser gestores de economía sostenible no de temporadas; hay que tener mucho cuidado con los programas nuevos que están desplazando la actividad agropecuaria. En Túcume, el centro urbano se ha sobrepoblado con el abandono de las tierras o venta a estos grandes centros de acopio que están surgiendo”, manifiesta Rossana.

Los Horcones forma parte de los productos diferentes y complementarios. Por ello, sería oportuno –tal y como lo plantea Rossana- establecer alianzas justas y modernas con la empresa más grande para constituirse como oferta integrada. Además, debe innovarse el sistema de transporte cotidiano de pasajeros considerando que las estaciones de los servicios de transporte masivo son deficientes y peligrosas.

Lambayeque es una región cara en el servicio turístico y se requiere formalización y un verdadero compromiso con la seguridad y confort del usuario para ser realmente competitivos. A ello se suma la necesidad de una real modernización del sistema tributario pues no hay mecanismos de motivación e incentivo a la formalización. El límite es ser fiscalizadores y nada más. No se invierte en mejorar las condiciones de vida y quienes aportan con su esfuerzo no tienen decisión en lo que se haga.

Los Horcones, rompió el mito sobre las edificaciones construidas con tierra. Y se ha convertido en una experiencia amigable, duradera, contemporánea y útil que requiere cuidado y mantenimiento. Son tantos sus beneficios que vale la pena apoyar y disfrutar de esta experiencia.