Ofrecer chocolatadas, hacer spots con imágenes llenas de amor, es algo que se pone de moda en estas fechas. El Club Juan Aurich de Chiclayo decidió este año invitar a niños especiales para "regalarles" mucho cariño, mucho amor, además, claro está, de un delicioso chocolate, panetón y juguetes. Pero ¿la producción de la actividad cuidó todos los detalles?, ¿estaban preparados para atender a sus invitados?, ¿sabían que es época de paz y amor?
ESTO NO ES GUERRA 

El pasado 11 de diciembre, al promediar las 3:00 de la tarde, me enteré –luego de ingresar al Facebook de Autismo Perú—de lo ocurrido en el programa “Esto es Guerra” y comenté lo siguiente en mi muro personal:  

"El mal ejemplo de los advenedizos en los programas que captan la atención de niños, jóvenes y adultos. ¿Cómo llamarías a tu peor enemiga? Autista. La institución que defiende a dichas personas se pronunció al respecto y aunque las disculpas ya se dieron, es importante que en dichas producciones se estudien bien los guiones pues todo es 'digitado' y los concursantes hacen lo que se les dice: lloren, rían, abrácense, etc. Lo que no les dicen es: piensen".

Fue precisamente en dicha página donde al cabo de unos minutos, me llamó la atención la difusión de un caso con el siguiente encabezamiento: 

Este suceso no puede quedar impune, por favor difundirlo en sus muros, hagamos cadena y fuerza común, trabajemos para una inclusión, basada en la tolerancia y respeto, "ponte en mis zapatos".
víctor: un niño con autismo

Este comentario de Autismo Perú me llevó al Face de Rosa Elena Colchado Montenegro, identificada con DNI 16772515, quien contaba lo ocurrido con su pequeño Víctor Agüero Colchado, de 9 años, quien padece de autismo y por ser alumno del Centro de Educación Básica Especial (CEBE) “Niño Jesús de Praga”, formaba parte del grupo de alumnos invitados por el Club Juan Aurich para ser agasajados con una Chocolatada Navideña. Rosa escribió en su muro del facebook: “producto de la demora para empezar el evento mi hijo tuvo un momento de estrés, propio de su condición, el cual lo llevó a un momento de llanto, el cual no pudo ser comprendido por una de las organizadoras, la cual se acercó a mí y de una manera arrogante y despectiva me dijo que si podía abandonar el lugar y ellos me enviarían el regalo para mi hijo”. 

Me hice miles de preguntas: ¿por qué ser insensibles con un niño que padece autismo?, ¿por qué hacer llorar a su madre que lo defendía porque se trataba de una crisis propia de su estado?, ¿un club tan importante no sabía atender a sus invitados?, ¿por qué eligieron a niños especiales?, ¿no era más fácil desarrollar su proyección social con otro tipo de niños?. Definitivamente soy madre y me solidaricé con Rosa -a quien hasta ahora no conozco personalmente-, y decidí apoyarla para que algunos amigos periodistas la ayudaran y al menos se lograra una disculpa del club. Además de ello, publiqué en mi muro la denuncia y etiqueté a varios comunicadores.

Mi decepción fue peor, porque sólo el diario La República publicó algo al respecto el día 15 de diciembre y luego del osado comentario de mi amiga y comunicadora social Ana Calderón Miskulin, a quien también pedí ayudar a Rosa. Ella sí la llamó. 

EL COLEGIO ¿DEFIENDE, APOYA O SE ARRODILLA?

Lo más lamentable fue que el colegio donde estudia Víctor, en vez de defender al pequeño, le envió una carta al Club Juan Aurich, agradeciéndole por la chocoladata navideña y ofreciendo disculpas por el “desborde conductual” de Víctor. Insólitamente, el director del colegio, Mg. Rimaneth Díaz Olano, que firma la carta, a la vez que expresa las disculpas, espera que este incidente "no melle las buenas relaciones interinstitucionales, su identificación y compromiso social hacia nuestra Institución Educativa, principalmente hacia nuestros estudiantes". 

¿Y el maltrato que sufrió el niño que allí estudia?, ¿porque es un niño autista y no tiene cómo defenderse la institución educativa lo deja de lado?. O sea, una institución cualquiera maltrata a un escolar y el colegio en vez de apoyarlo ¿le expresa disculpas a dicha institución?.


La carta en mención la publiqué en mi facebook y twitter y, gracias a Dios, tuve el respaldo de reconocidos periodistas amigos, como Hugo Coya, Paola Ugaz, Manuel Igreda y el congresista Yehude Simon, quienes retuitearon el post en sus respectivas cuentas.

Hace poco en el Vaticano, durante una audiencia con personas que padecen autismo, el Papa Francisco dijo que es necesaria una colaboración conjunta para acabar con "el estigma que recae sobre las personas con trastornos del espectro autista, como a menudo también lo hace sobre sus familias".

Aquí no se trata de manchar la imagen del equipo chiclayano que enorgullece a la región Lambayeque. Se trata de justicia, señores. No podemos ir por la vida “usando” a los niños con necesidades especiales para demostrar que tenemos un gran corazón y no somos capaces de ofrecer una disculpa a quien fue maltratado, no por un jugador, pero sí por alguien que los representa pues el trabajo de su spot navideño fue de equipo y así como se lucieron en el vídeo que ha sido difundido por diversos medios nacionales, ahora lúzcanse demostrando humildad y sencillez con un niño y su madre que sólo querían pasarla bien con ustedes, los anfitriones.